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domingo, 30 de septiembre de 2018

Tarta de Queso La Viña (¡la auténtica receta!)



¡Hola a todos! Casi un año sin publicar..., ¡ay madre mía! Y es que soy "culillo de mal asiento", y no paro, y siempre tengo algo. Primero un niño, luego otro, luego me da por estudiar inglés, después italiano... Y bueno, ahora hago parón con los idiomas, tengo a los peques más grandes y voy a intentar ponerme de nuevo con el blog, que aunque esté "aparcadillo", siempre está en mis pensamientos seguir publicando y compartir por aquí mis recetillas.

Si vierais la cara de asombro que pongo cuando alguien me dice "que no tiene hobbys", ¡Dios mío de mi vida! ¡Si yo es de lo que más tengo en el mundo! Veamos, me gusta la cocina, me gustan las manualidades, me gusta tocar instrumentos (guitarra, cajón, ukelele), me gustan los idiomas, me gusta viajar (¿a quién no?), me gusta bailar flamenco, bordar, hacer ganchillo, andar por la montaña, ir al gimnasio, leer... Y paro, porque pienso todo lo que me gustaría hacer y no tengo tiempo, y me da un coraje... ¿Cuántas vidas tendría que vivir yo para hacer estas cosas? Pero bueno, en el "number one" de mis hobbys sigue estando la repostería, así es que este blog por ahora no tiene mucho que temer.

Aparte de las aficiones ya comentadas, están "los vicios" (los confesables). Entre ellos, como casi todos, el móvil, las redes sociales y... Pinterest, que es una tentación diaria: fotos y fotos de platos deliciosos por hacer y poco tiempo para ponerme con ellos. 

Como sabéis los blogueros o aficionados a la cocina Pinterest pone de moda muchas recetas. No se sabe por qué, ni cómo, pero de repente hay una receta que toooodo el mundo hace o quiere hacer. La mayoría buscan la receta exacta, otros hacen versiones, otros ajustarla a los ingredientes que tienen en casa, y algunos simplificarla o al contrario, hacerla más sofisticada. Ves 50 y todas son distintas. Pero a mí cuando esto sucede trato de investigar y encontrar la receta original. Pues eso me ha pasado con el pastel de queso que hoy os traigo. Bueno, a mí y al 99% de los que la hacen. Dicen que está en el top ten de las tartas de queso más ricas de España (no sé si será este el ranking), pero desde luego en casa ha encantado. 

Investigando, investigando encontré este vídeo. En él, el creador de esta tarta cuenta con todo detalle cómo la hace. Así es que solo tuve que ver el vídeo e ir a comprar los ingredientes. He de deciros que es una de las tartas de queso mas fáciles y rápidas de hacer. Tiene solo 5 ingredientes (en mi caso 6). Todo mezclado, batidora y al horno. No hay ni que engrasar el molde, pues el sistema que usa para hornear incluso lo simplifica. Y en cuanto al sabor... exquisita. Es muy suave y cremosa y un sabor muy delicado. La receta original no lleva limón. Yo le añadí la ralladura para que tuviera ese toque que a mí me gusta tanto. En fin, que esto es todo un lujo. Por supuesto que la voy a repetir una y mil veces. Os recomiendo ver el vídeo, aunque yo os transcribo aquí la receta:

INGREDIENTES (para un molde redondo de 26 cm. de diámetro)
  • 1 kg. de Queso de untar tipo Philadelphia (supongo que con Mascarpone también debe quedar estupenda)
  • 7 Huevos
  • 400 grs. de Azúcar
  • 1 y 1/2 cucharadas de Harina
  • 500 ml. de Nata para montar
  • Ralladura de 2 Limones (aportación personal, opcional por tanto)
Como es muy rápida de hacer podemos precalentar antes de empezar el horno a 210ºC.

Vertemos en un bol grande (son más de 2 kilos de ingredientes) el Queso crema, los Huevos y el Azúcar y mezclamos con unas varillas intentando deshacer los grumos del queso. Añadimos la Harina, mezclamos, y por último la Nata y la Ralladura del limón. Cuando hayamos terminado pasamos la batidora (en este vídeo no se ve, pero en otro que tiene sí he visto que lo hace así). Reservamos.

Cogemos una hoja de papel de hornear, la mojamos bajo el grifo y la estrujamos para que suelte el agua y que sea más maleable para colocar en el molde. La extendemos sobre el molde e intentamos darle la forma del mismo. Vertemos la mezcla sobre el papel y horneamos a 210ºC unos 40 minutos. Yo a partir de los 30 minutos estoy pendiente y si la veo muy tostada la cubro con papel de aluminio para que no se queme más de la cuenta. Cortamos el horno y la sacamos. 

Dejamos enfriar y después metemos en la nevera mínimo 3-4 horas para poder tomarla fresquita. 

Eso es todo. Como dicen en mi tierra: "lo tiene todo mi Maria Antonia": fácil, deliciosa y rápida de hacer. Un lujo.




miércoles, 26 de octubre de 2016

Tortillas para Fajitas Integrales




¡Ya os lo avisé! Os dije que ibais a tener una temporada de recetas de pan y sucedáneos y no os mentía. Pero no os asustéis, que también os dije que algunas iban a ser recetas sencillas, para animaros (y picaros) y con esta receta me vais a tener que dar la razón.

¿A quién no le gustan las fajitas? A mí me encantan. ¿Y la tortilla de harina que las envuelve? También, está muy rica. Pero en mi vida se ha producido un antes y un después en relación a este producto: después de probar una hecha en casa, sin aceites de palma (solo de oliva) y con un aroma "a pan", no a masa blandona, cruda y pesada, las cosas han cambiado. Ya no quiero las de bolsa. De hecho no pienso comprarlas más. No sé si habéis leído su composición (yo últimamente me he vuelto adicta a leer los ingredientes de lo que compro), y dan ganas de echarse a llorar... Aceites de palma, azúcar, conservantes (todos los "E" que quieras)... ¡Uff!, ¿pero qué nos dan de comer? 

En fin, lo que os digo, tanto por la salud, como por el sabor de las hechas en casa, "au revoir" a las Old El Paso, Mercadona y similires... Además a esto se le suma otro aliciente: son rápidas de hacer. Así es que con poco tiempo gran satisfacción. ¿Estáis ya convencidos?

Pues entonces es el momento de contaros la receta.

INGREDIENTES (para 4 unidades):
  • 60 grs. Harina Integral
  • 60 grs. Harina (la normal del súper)
  • 25 grs. Aceite
  • 60 grs. Agua
  • 2,4 grs. Sal


Mezclamos todos los ingredientes en un bol y los integramos. Sacamos del bol y en la encimera de la cocina amasamos hasta que nos quede todo bien homogéneo. No hace falta amasar más. Si vemos que se pega mucho añadimos algo más de harina. Hacemos una bola cubrimos con film y dejamos reposar una media hora. 

Enharinamos la encimera. Hacemos 4 bolas de unos 50 grs. Con un rodillo vamos estirando hasta dejarlas lo más finas posibles (se puede necesitar un poquito más de harina para que no se peguen al rodillo ni a la encimera).


Ponemos en el fuego la sartén y cuando esté bien caliente ponemos encima la tortita. Dejamos hacer 1 minuto (puede que las primeras tarden algo más hasta que la sartén no coja suficiente temperatura). En el momento que veamos que empieza a inflarse un poco y que por el lado que pega a la sartén cogen un poquito de color (alguna manchita más dorada) damos la vuelta y dejamos 30 segundos - 1 minuto por el otro lado. Repetir con las 4 bolitas. 


Rellenarlas de lo que más os guste.

martes, 29 de septiembre de 2015

Pastéis de Belém (Pasteles de Belém)



Nunca he estado en Lisboa, nunca he probado los Pasteles de Belém (bueno, sí los he probado pero hace mucho y no me acuerdo de cual es su sabor). ¡Pero tienen tanta fama!, y los ingredientes son tan... de toda la vida, que el otro día pensé que ya tocaba. 

Así es que hoy os traigo esta receta que TENÍA que poner obligatoriamente. ¿Que por qué? Por el exitazo que tuvo en su degustación, no os podéis hacer una idea. Mi padre ya me ha encargado "3 docenas" para llevarlos a casa de mis tíos y en casa me han dicho que a ver cuándo repetimos. Se sorteaban los poquitos que sobraron... ¿Qué más puedo deciros? ¡Ah, sí!, que calculéis que cada comensal va a repetir, o sea, que hagáis doble cantidad de los invitados que tengáis en casa.

Y además deciros muchas cosas buenas a su favor: se hacen bastante rápido, son muy fáciles, ingredientes sencillos y resultado espectacular.

En cuanto a la receta la encontré en El Zurrón de los Postres, un blog que me encanta y que tiene unas recetas que no defraudan nunca. 

Qué, ¿os animáis a hacerlos?




INGREDIENTES (para unas 14 unidades):
  • 350 grs. de Masa de Hojaldre cuadrada o rectangular*
  • 100 ml. de Agua
  • 100 grs. de Azúcar
  • Corteza de 1 Limón
  • Un Palito de Canela
  • 200 ml. de Nata líquida
  • 2 Yemas
  • 1 Huevo
  • 100 ml. de Leche
  • 30 grs. de Maicena
  • Mantequilla, para pintar el molde metálico.
  • Azúcar Glas
  • Canela en polvo 
* Dependiendo de la forma que tenga la base de Hojaldre que compremos el peso será distinto, por eso se pone una medida aproximada de peso y no de unidades de hojaldre. Unos 25 grs. de hojaldre por pastel.


Lo primero que haremos será preparar el almíbar para que se vaya enfriando mientras hacemos el resto de la receta. Para ello vertemos en un cazo el Agua, Azúcar, Canela y la piel del Limón. Llevamos a ebullición y dejamos hervir 5 minutos. Retiramos del fuego y dejamos enfriar.

Pintamos con mantequilla o aceite suave un molde de muffins (de esos metálicos en los que caben 12 unidades). Si no tenemos este tipo de molde podemos usar moldes de magdalenas de silicona (éstos no hay que engrasarlos), aunque quedarán con las hendiduras características y algo menos crujientes, por lo que esta opción me gusta menos.

Lo siguiente que haremos será preparar el hojaldre. Para ello enrollamos la plancha por el borde ancho. Necesitamos un rosco que iremos cortando. Para que os hagáis una idea visual: una barra de pan de la que iremos cortando rebanadas. ¿El grosor de las "rebanadas"? Pues eso dependerá de la forma que tenga vuestra plancha de hojaldre. Es decir, si es cuadrada y pequeña al enrollarla saldrán trozos muy pequeños por lo que debemos aumentar el grosor. También podemos poner los dos cuadrados uno al lado del otro y hacer un rectángulo más grande uniéndolos, y a partir de ahí enrollar y cortar. El tema es que una vez que cortéis esas rebanadas debemos ponerlas en la mesa tumbadas (que veamos la espiral) y con un plato "espachurrarlas" hasta que quede una oblea fina del tamaño de unos 10-12 cm. de diámetro. Si para esta medida la masa queda excesivamente fina hacer rodajas/rebanadas más anchas. Yo las pesé y para cada pastel necesité unos 25 grs. de masa. Por si queréis hacer un cálculo.

Precalentamos el horno a 210ºC.

Una vez tenemos las obleas preparadas las depositamos dentro de los moldes y con cuidado le vamos dando la forma intentando que sean lo más altas posibles para que se puedan rellenar bien. 

Para este momento nuestro almíbar ya se habrá templado. Continuamos entonces con el resto del relleno. Mezclamos la Nata, las Yemas y el Huevo y batimos bien (con una batidora es lo más rápido y eficiente para que la clara quede bien batida y sin hebras). Añadimos el Almíbar.

En otro cazo mezclamos la Maizena con algo más de la mitad de la Leche. Batimos de nuevo con la batidora para agilizar. Calentamos el resto de la Leche y se lo añadimos. Colamos esto con un colador uniendo a la mezcla de Almíbar y Huevos. Tendremos un relleno bastante líquido. No os preocupéis, la Maizena y los huevos harán que se cuaje perfectamente en el horno. 

Vertemos la mezcla de líquidos sobre las cestitas de hojaldre rellenando todo lo que podamos pero con cuidado de que el líquido no se salga.

Horneamos (a 210ºC) durante unos 20 minutos en la parte central del horno. El punto será cuando el relleno empiece a dorarse / tostarse, pero sin esperar a que se queme.

Se sirven templados-calientes espolvoreados generosamente con azúcar glas y una poquita canela.

Aunque la explicación os parezca un poco larga el proceso es muy sencillo. Que esto no os quite las ganas, es que me gusta explicar las cosas bien.

¡Vais a repetir seguro!

martes, 4 de febrero de 2014

Galletas "semi-integrales" de naranja y chocolate


¡Lo que me gusta una galleta casera! Es un mundo totalmente distinto al de las galletas comerciales, parece otro producto. Y anda que no hay tipos. Yo creo que si hiciera una cada día durante el resto de mi vida de todos los recetarios que tengo no lograría acabarlos. 

Tenemos las pastas, las cookies, las rellenas, las de pistola, las cortadas, las galletas con glasa, las especiadas, las integrales, aparte de las especialidades internacionales..., y porque no sigo, que esto es una lista interminable. 

Solo tienen una pequeña pega: engordan. Aparte de eso cada vez leemos más acerca de lo insano del azúcar y las harinas blancas y que son mejores los productos integrales.

Así es que he decidido adaptar los ingredientes (vamos, que he hecho unas galletas distintas) de una receta del "Libro de Oro de las Galletas" y he obtenido unas galletitas..., ¡que han durado dos días! Y solo somos 3 comedores de galletas en casa. El gusto a naranja es muy especial y tengo que agradecer a Rafa y a Nati su aportación: unas naranjas de sus propios naranjos que aportan un aroma que no puede compararse ni de lejos con las naranjas "enceradas" que compramos en tiendas y grandes superficies. 

Con esto no quiero decir que no engorden (si alguien encuentra una receta de galletas tan light como comerse una manzana que me la cuente), pero al menos incorporan ingredientes integrales muchos más sanos y parece que la conciencia se queda un poco más tranquila: así están más justificadas. Por cierto, el regusto integral no se nota nada de nada. Las próximas en vez de semi serán integrales 100%

La mezcla de chocolate y naranja es muy muy especial, recuerda al sabor de las Pim's. ¡Animaros!


INGREDIENTES (para unas 20 galletas):

  • 100 grs. de Harina
  • 125 grs. de Harina Integral
  • 1 cucharadita de Levadura
  • Una pizca de Sal
  • 125 grs. de Mantequilla a temperatura ambiente
  • 50 grs. de Azúcar
  • 50 grs. de Azúcar Moreno
  • Ralladura de una Naranja
  • 1 Huevo L
  • 3 cucharadas de Copos de Avena
  • 150 grs. de Gotas de Chocolate
  • 2 cucharadas de Leche

Precalentamos el horno a 190ºC.

En un bol mezclamos los dos tipos de harina con la levadura y la sal. Reservamos.

Con una batidora de varillas o robot batimos la mantequilla con los dos tipos de azúcar y la ralladura de naranja hasta que quede cremosa. Si la mantequilla no está lo suficientemente atemperada en vez de una crema nos quedarán grumos. Deberíamos acercarla a un sitio más cálido para que alcance los 21º-23ºC.

Añadimos a la mezcla de mantequilla un huevo batiéndolo solo lo justo para integrar.

Mezclamos con las harinas, avena y chocolate hasta que quede una masa uniforme y bien integrada. 

Sobre una bandeja de horno cubierta con papel de hornear vamos depositando bolas de la masa del tamaño de una albóndiga pequeñita y "espucharrando" un poco con la mano para que quede más plana. Dejaremos algo de separación entre ellas. 

Horneamos entre 10-15 minutos hasta que veamos que empiezan a dorarse. 

Enfriamos sobre una rejilla y en cuanto dejen de quemar empezamos a comer. Luego es un no parar...

viernes, 24 de enero de 2014

Crema Catalana




...Y qué rica está, y qué bien sale/sabe esta crema catalana. En casa nos ha encantado de siempre. Estos postres de cuchara de "toda la vida" sencillitos de hacer y muy sabrosos son una gozada.

Pensaba que ya había publicado esta receta, la he hecho muchas veces, pero el otro día me di cuenta de que se me había quedado en el tintero. Y quiero seguir con las recetas tradicionales, "las nuestras". Tenemos en este país una riqueza gastronómica..., ¡es una pasada! Sin dudarlo creo que España es el mejor país del mundo gastronómicamente hablando: buena materia prima, buenas recetas, grandes chefs y grandes cocineras que llevan generaciones cocinando en el anonimato y transmitiéndonos la sabiduría gastronómica y mediterránea que nos hace únicos. 

Después de esta exaltación a la gastronomía de nuestra tierra doy paso a la receta. Es del libro "1080 Recetas de Cocina", de Simone Ortega, garantía de éxito.  

A pesar de tener Thermomix me gusta más mi olla y mis varillas para cocinarla: al final tanta tecnología le quita la gracia a la cocina. 

INGREDIENTES (para 6 personas):
  • 1 litro de Leche
  • 8 Yemas de Huevo (podéis congelar las claras según os pongo en este post)
  • 6 cucharadas soperas de Azúcar, para la crema
  • Cáscara de un Limón
  • 2 Cucharadas soperas de Maizena
  • 4 cucharadas soperas de Azúcar, para quemar

Hervimos a fuego lento la leche con la cáscara del limón para aromatizarla.

En un bol batimos las yemas con el azúcar y la Maizena (podemos usar la batidora si no nos queda bien). Cuando estén bien batidas, sin grumos, añadimos poco a poco un vaso de la leche caliente y vamos mezclando muy bien con las yemas para atemperarlas. Una vez esté bien diluido bajamos el fuego a temperatura media y sacamos la corteza del limón. Añadimos la mezcla de las yemas removiendo muy bien y sin parar, con unas varillas o una cuchara de madera. Es muy importante no dejar de remover pues si se pega a la olla amargará la crema. Veremos que la mezcla va espesando poco a poco conforme se va calentando todo. A los 5 minutos más o menos llegará un punto en que tendrá una cierta consistencia (de natilla). Cortamos el fuego y depositamos en cuencos individuales. Si vemos que tiene grumos podemos usar un colador de malla gruesa para separarlos, pero si el proceso lo habéis hecho correctamente no tienen porqué saliros. Dejamos enfriar y cuando se temple introducimos en la nevera. Debemos intentar que quede bien fría, pues al quemarla perderá algo de frío.

Justo antes de servir espolvoreamos una cantidad generosa de azúcar sobre la crema. Quemamos con una plancha (mejor) o soplete de cocina. Debe quedar una costra dura, que haga "clac" al darle con la cuchara. Si hacemos esta fase y después refrigeramos se ablandará y perderá su punto. Si usáis soplete intentad acercarlo lo más posible para que se queme rápido. Si lo alejáis tardará más en quemar y se calentará la crema. 


martes, 5 de noviembre de 2013

Pastel Bagdad (o Tarta de Galletas y Chocolate)



¡Ay qué recuerdos me trae esta tarta! Es una de las primeras que aprendí a hacer, hace ya unos cuantos años..., muchos..., tendría yo más o menos  8..., ¡qué tiempos aquellos! La hacía en casa de mis tías, los fines de semana, que los pasaba allí enteritos entre discos de José Luís Perales, mis primeras labores de punto de cruz, realce o matizado, y algún que otro ratito en la cocina. ¡Madre mía!, los niños de ahora ya no hacen esas cosas. El caso es que todos esos momentos han marcado mi presente "DIY" tanto culinario como artesanal, y ¡me encanta, me encanta, me encanta!.

La verdad es que esta tarta quedó arrinconada entre las hojas de mi primer recetario y hace un par de años volvió a salir (en forma de tarta de dinosaurios). Y hace unos días salió de nuevo, aprovechando que era el cumpleaños de Raquel y que lo mejor para un cumpleaños infantil es una tarta de chocolate. 

Es una tarta chocolate total, nada de natillas, ni nata, ni otras variantes: galletas y chocolate mezclado con unos cuantos ingredientes. ¿El secreto de su sabor?: una cucharadita de Nescafé que le da un toque muy especial. Es sencillísima de elaborar, muy rápida. La complicación más grande es montar claras a punto de nieve, y todo lo demás muy facilito. 

¿A que estáis deseando ver la receta? Aquí la tenéis:

INGREDIENTES (para un molde cuadrado de unos 20 cm.):
  • 200 grs. de Chocolate de Cobertura sin leche
  • 3 cucharadas de Agua
  • 2 cucharaditas de Nescafé
  • 4 Huevos
  • 4 cucharaditas de Coñac o Licor de caramelo
  • 100 grs. de Mantequilla
  • 200 grs. de Galletas
  • 1/2-1 vaso de Leche
  • 1 pizca de Sal
  • 1 cucharada de Azúcar
Se trocea el chocolate y se funde al baño maría con 3 cucharadas de agua mezcladas con el Nescafé

Separamos las yemas de las claras (las claras 2 en un recipiente y otras 2 en otro). Montamos 2 claras a punto de nieve.

Se retira del fuego y se añade la mantequilla en trocitos, las 4 yemas y el licor. Se mezcla bien y cuando esté templado (más bien tirando a frío) se incorporan 2 claras a punto de nieve.

Ponemos la leche en un plato hondo y vamos mojando las galletas (unos 2 segundos aproximadamente cada una). Vamos forrando un molde cuadrado con las galletas alternando capas de crema de chocolate y galletas, terminando con una de galleta (tendremos más o menos capas en función del tamaño del molde). Lo ideal son 4 capas de galletas y 3 de chocolate, aun así no sale demasiado alta. 

Se deja enfriar y en el momento de servir se montan las 2 claras restantes a punto de nieve con una pizca de sal y con 1 cucharada de azúcar y se adorna el pastel (esta vez la adorné sin las claras, aunque la receta original sí las lleva).

Esta es del 2.012, del cumpleaños de mi sobrino Nachete.

lunes, 7 de octubre de 2013

Pastel de Queso y Néctar de Albaricoque



Ya os lo he contado muchas veces: me gusta el queso, me gustan las tartas de queso, me gustan las tartas de frutas (y más después de una comida copiosa). Creo que es mi cuerpo, dicen que el cuerpo es sabio. Y es que nunca me ha gustado la leche, sin embargo, soy adicta a cualquier tipo de lácteo (¿será para compensar?). Aunque claro, también soy adicta a los dulces... 

Y esta tarta..., ummmm... Debo de reconocer que ya la había probado. En un cumpleaños (¿de mi madre?) hace un par de años la hizo mi hermana Isa (Entre Recetas y Maletas). Todos quedamos encantados y allí quedó, en algún lugar de mi mente pendiente de un momento especial para hacerla.

¿De dónde la he sacado? Mi hermana, de un libro alemán de tartas de queso. Yo encontré la versión inglesa  de este libro (para mí bastante más fácil de traducir, jeje) y me puse manos a la obra. 

Obtendréis una tarta de queso muy fresca y ligera que encantó a todos los comensales.




INGREDIENTES (para un molde de 21 cm.):
  • 150 grs. de Galletas (yo usé unas cookies con pepitas de chocolate)
  • 75 grs. de Mantequilla
  • 500 ml. de Néctar de Albaricoque (de melocotón en mi caso)
  • 1 sobre de Gelatina Neutra Royal (ó 10 grs. Gelatina en Polvo ó 6 Hojas de Gelatina)
  • 375 grs. de Queso tipo Philadelphia
  • 110 grs. de Azúcar
  • 1 cucharada de Zumo de Limón
  • 250 ml. de Nata para montar
  • 1 cucharada de Azúcar
  • 3 cucharaditas de Maizena

Cubrimos la base del molde con papel de hornear. Ponemos el aro encima y cerramos para "aprisionar" el papel.

Derretimos la mantequilla en el microondas. Picamos las galletas con un robot de cocina o introduciendo en una bolsa y "machacando" con un rodillo. Mezclamos las galletas con la mantequilla derretida y colocamos sobre el papel de hornear en el molde. Apretamos muy bien para que quede consistente. Introducimos la mezcla en la nevera o el congelador.

Depositamos 1 taza (la mitad) del néctar de albaricoque en un cazo. Añadimos espolvoreando por encima la gelatina y calentamos a fuego lento lo justo hasta que se disuelva (si calentamos demasiado luego tendremos que esperar más rato a que se enfríe). Cortamos el fuego y reservamos.

Batimos la crema de queso y el azúcar con unas varillas hasta que nos quede una crema densa. Cuando el néctar haya perdido el calor añadimos la crema de queso y la nata que habremos montado también con unas varillas en un recipiente aparte. Mezclamos bien con una espátula con movimientos envolventes.

Volcamos sobre la base de galletas (que ya estará fría y durita) y reservamos en la nevera unas 3-4 horas (mejor toda la noche).

Para el topping mezclamos la cucharada de azúcar y la Maizena en un cazo. Añadimos poco a poco el néctar de albaricoque y vamos removiendo. Ponemos el cazo a calentar y con unas varillas vamos removiendo sin parar. La mezcla empezará a espesar. Seguiremos moviendo hasta que veamos que toma cuerpo. Retiramos del fuego. Esperamos que pierda el calor y añadimos sobre la mezcla de queso, que ya estará sólida. 

Refrigeramos otro par de horas y decoramos con unas rodajas de melocotón en almíbar.


lunes, 22 de julio de 2013

Crostata de Ricotta y Cerezas



¡Me encantan las tartas de queso!, en todas sus variantes de queso y en todas las variantes posibles de tartas. Creo que aun no he probado ninguna que no me guste, y mira que me quedan tartas por hacer...

Esta vez me he decantado por una Crostata de Cerezas. En Jaén hay dos zonas destacadas por sus exquisitas cerezas: Torres y Castillo de Locubín. En este caso las cerezas me las trajeron de Castillo, de un cerezo ecológico. ¡Podéis haceros una idea...!, ¡qué cerezas más ricas, dulces y jugosas...!, no sigo que os pongo los dientes largos.

Imaginaros con semejante materia prima el postre que obtuve. Para más "inri" conseguí auténtica ricotta italiana (no requesón, que siendo parecido no deja el mismo sabor). O sea, los ingredientes más idóneos para una buenísima Crostata, porque sí, estaba exquisita. Ya la he hecho dos veces y tengo cerezas confitadas aun para una tercera, umm...

La receta es del blog "Fior di zucca", que tiene unos postres estupendos. Y para una receta italiana que mejor que un blog italiano, ¿no os parece?

Aquí tenéis la receta, que quitando el proceso de deshuesado de las cerezas es de lo más sencillo y además tiene poquísimos ingredientes:

INGREDIENTES (para un molde de 26 cm.):
  • 1 Lámina de Masa Quebrada congelada
  • 400 grs. de Cerezas
  • 150 + 150 grs. de Azúcar
  • 750 grs. de Ricotta o Requesón (podéis usar queso de untar si queréis un sabor más neutro)
  • 2 Huevos
  • Ralladura de un Limón
  • 1 cucharadita de Azúcar Vainillado o de Esencia de Vainilla (opcional)
  • Azúcar Glass

Sacamos la masa quebrada del congelador para que se atempere.

Lavamos las cerezas y les vamos quitando el hueso con un cuchillo (las partimos por la mitad y sacamos el hueso). Aunque parece un proceso largo creo que tardé 10-15 minutos en hacer ésto.

Cocemos las cerezas con 150 grs. de azúcar durante unos 10 minutos y dejamos enfriar.

Pintamos el molde con mantequilla y espolvoreamos con harina. Precalentamos el horno a 180ºC.

Estiramos la masa quebrada e introducimos en el molde. Nos ayudaremos de un rodillo de cocina para colocar la masa, enrollándola sobre él y depositando encima del molde. También usaremos el rodillo para recortar los bordes sobrantes de masa ¡No los tiréis! Los utilizaremos para decorar, aunque iremos bastante justos (no sobran tantos).

Pinchamos la masa con un tenedor y horneamos durante unos 8-10 minutos, hasta que veamos que la masa no está cruda pero que aun no ha empezado a dorar. Si la dejamos más tiempo puede ponerse muy dura y costará mucho partir la tarta luego.

Mientras se hornea mezclamos con una batidora la ricotta, los huevos, 150 grs. de azúcar, la ralladura del limón y el azúcar vainillado. Reservamos.

Sacamos la masa del horno y añadimos la compota de cerezas sobre ella. Una vez bien distribuida añadimos la mezcla del requesón encima de ésta. Nivelamos bien con una cuchara o un cuchillo. Decoramos con las tiras de masa quebrada haciendo rombos sobre la crostata. 

Horneamos durante unos 40 minutos a 180ºC.

Sacamos, dejamos atemperar y enfriamos en la nevera (mejor de un día para otro).

Espolvorear con azúcar glass y servir.




jueves, 27 de junio de 2013

Scones Dulces de Buttermilk (Dan Lepard)


¡Qué ganas tenía de probar estos Scones! ¡Y qué pedazo de desayuno nos pegamos! Yo no sabía que esto estaba tan rico y era tan fácil de hacer. ¡Si lo sé los hago antes!

Y es que yo sigo con mis recetas de Suero de Leche, erre que erre. Y pensando en unos scones no se me ocurrió mejor idea que hacer los de Dan Lepard (si no me salen bien estos......). La receta es de este libro:



Y salieron riquísimos, y son muy rápidos de hacer. Un poco de paciencia mientras los vemos crecer en el horno, pero ya está.

Entonces: fáciles, rápidos y ricos. ¿Les veis alguna pega?

INGREDIENTES (para 12 unidades):
  • 250 grs. de Harina (y algo más para amasar)
  • 2 y 1/2 cucharaditas de Levadura
  • 3 cucharadas de Azúcar
  • 40 grs. de Mantequilla a temperatura ambiente
  • 100 grs. de Pasas (opcional)
  • 1 Huevo grande
  • 75 grs. de Buttermilk o Yogur Desnatado (yo 60 grs. de Suero de Leche y una cucharada de Yogur)
  • Buttermilk y Azúcar para pintar



Precalentamos el horno a 220ºC. Mezclamos la harina, la levadura, el azúcar y la mantequilla en un bol amasando con las manos. Añadimos las pasas.

Aparte batimos el huevo con el buttermilk (o el ingrediente que utilicemos). Añadimos a la masa que teníamos preparada y mezclamos. Si viéramos la masa muy reseca podemos añadir un poco más de buttermilk.

Nos va a quedar una masa muy gustosa de trabajar. Enharinamos la encimera y depositamos la masa. Amasamos durante unos 10 segundos. Volvemos a enharinar la superficie de trabajo y estiramos encima la masa con un rodillo, dándole un grosor de unos 4 cm. Con un cortapastas redondo (o un vaso) cortamos círculos de unos 6 cm. 


Depositamos en la bandeja del horno cubierta con papel de hornear, y dejando espacio entre ellos para que no se peguen. Pintamos con buttermilk y espolvoreamos con azúcar. Horneamos durante 15-20 minutos.


Servir templados acompañados de mantequilla, mermelada, nata, fresas, chocolate... ¡Imaginación al poder! Raquel fue muy lista a la hora de elegir ;-)

martes, 9 de abril de 2013

Trufas de Chocolate y Coco



¡Cuánto tiempo sin publicar! ¡Qué ganitas tenía de ponerme un ratito con el blog. Y es que se me acumulan las recetas. Con la baja maternal paso muchas horas en casa y unido a mi "ansia" por comer (Fernando me tiene como una vaca lechera, y para producir hay que alimentarse...) pues no paro de inventar.

Para colmo esto de internet es un peligro: tanto blog, tanto libro a tu alcance en pdf o un caprichito que se da una comprando libros a través de Amazon... No os imagináis la lista de dulces pendientes que ya desde hace tiempo me apetece hacer, más los que ya he hecho alguna vez y me apetece repetir. Este año no sé como voy a llevar la operación bikini.

Y vamos con una receta que tiene como base al rey de los pecados: el chocolate. Se trata de unas trufas que ya vi hace algún tiempo en Gastronomía & Cía. y que me llamaron mucho la atención. Ahora sé que con todos los motivos. Estas trufas están espectaculares. Además, son sencillísimas de hacer y me venían estupendas para gastar una Leche de coco que paseaba por casa desde hacía algunos meses. ¿Se puede desear algo más delicioso para endulzar y alegrar el paladar?


INGREDIENTES (para unas 35 trufas):

  • 190 grs. de Leche de Coco
  • 50 grs. de Coco rallado
  • 35 grs. de Azúcar glas
  • 300 grs. de Chocolate (podéis usar de cobertura o alguno con más proporción de cacao)
  • Para Rebozar: Coco rallado, Chocolate en Polvo, Virutas de Chocolate...

Troceamos gruesamente el chocolate

Calentamos en un cazo la Leche de Coco, el Coco rallado y el Azúcar glas. Conforme vaya cogiendo temperatura vamos añadiendo el chocolate a trocitos poco a poco. Lo que pretendemos es derretir el chocolate sin que éste llegue a tomar demasiada temperatura, por lo que en el momento que vemos que la mezcla se calienta un poco vamos añadiendo más chocolate. Cuando nos quede la mitad del chocolate aproximadamente retiramos el cazo del fuego, añadimos el chocolate restante y removemos hasta que se deshaga por completo.

Vertemos la mezcla en una fuente y dejamos enfriar primero fuera y cuando pierda calor unas horas dentro de la nevera, hasta que quede espeso y podamos formar las bolas más limpiamente.

Sacamos del refrigerador. Hacemos bolitas y rebozamos con coco, chocolate o cualquier otro ingrediente que deseemos. ¡Ojo! Si queréis rebozar con chocolate en polvo y queréis que os quede con una apariencia seca, debéis hacerlo justo antes de comerlas. Si lo hacéis antes éste se humedecerá y cambiará su aspecto.

Volvemos a refrigerar y estarán listas para servir.



viernes, 22 de febrero de 2013

Panna Cotta de Cítricos... y Fernando



Otra vez ando perdida. Un mes sin publicar, alguna vez me ha pasado, pero esta vez el motivo no es dejadez, falta de ganas o falta de recetas (tengo muchas en la recámara). Esta vez el motivo es la llegada de mi segundo hijo, Fernando. El 25 de enero abrió sus ojitos, dos semanas antes de lo previsto. Un niño muy querido y muy deseado. De nuevo nos ha hecho sentir lo maravillosa que es la vida, que ya lo era..., pero ahora más.

Este niño nos trae locos. Solo queremos pasar tiempo con él, disfrutar de cada gesto, de cada mirada y hasta de cada cambio de pañal. ¡Se nos cae la baba! 

Pero al margen de la euforia (y de la falta de sueño) que nos ha traído Fernando, sigue en mi interior una gran gana de cocinar de seguir probando nuevas recetas y de aprender. Más aun cuando una pasa casi las 24 horas en casa, al lado de la cocina y de mis decenas de libros de cocina, y de internet..., tengo la tentación al alcance de la mano. 

Y aunque poco a poco vuelvo a cocinar durante algunas entradas seguiré poniendo recetas "atrasadas" que no quiero que queden en la recámara. 

Una de ellas es esta Panna Cotta de cítricos, que aunque no es propia de Navidad fue nuestro postre en Nochebuena. Como siempre buscaba algo fresco y ligero que se pudiera digerir tras una estupenda y completa cena. La encontré en el blog de Pepinho, i-Recetas, que tiene cosas estupendas, aunque generalmente con más elaboración de la que a mí me gusta. Pero esta receta es sencilla y con un resultado estupendo, delicioso, ligero y fresco. Os la recomiendo para días en los que queréis algo muy especial pero a la vez ligero. En casa encantó y a pesar del empacho de la cena, nadie dejó nada en el plato.

Aquí tenéis la receta:

INGREDIENTES (para 3 comensales):

Para la Panna Cotta:
  • 3 Hojas de Gelatina
  • 130 grs. de Zumo de Naranja
  • 30 grs. de Zumo de Limón
  • Ralladura de una Naranja
  • Ralladura de medio Limón
  • 5 ml. de Agua de Azahar
  • 10 ml. de Licor de Naranja (Grand Manier, Cointreau...)
  • 140 grs. de Leche Condensada
  • 50 grs. de Nata para montar

Para la Salsa de Frambuesas:
  • 1 vaso de Frambuesas (yo las usé congeladas)
  • 3 cucharadas de Azúcar glas
  • 100 ml. de Nata para montar


Panna Cotta:
Lo primero que debemos hacer es hidratar las hojas de gelatina en agua fría.

Mientras vamos calentando a fuego lento ambos zumos con las ralladuras de cítricos, sin que lleguen a hervir. Colamos el zumo reservando parte las ralladuras. Añadimos aproximadamente la mitad de éstas al zumo. Agregamos también las hojas de gelatina previamente escurridas y disolvemos en los zumos. Incorporamos el agua de azahar y el licor.

En un bol aparte mezclamos con unas varillas la leche condensada y la nata hasta que no nos queden grumos. Añadimos a la mezcla de cítricos.

Vertemos en 3 flaneras metálicas y dejamos enfriar en el frigorífico durante unas 5 horas como mínimo. Como siempre que hagáis algo con gelatina os recomiendo hacerlo el día de antes para que le de tiempo a tomar la consistencia que buscamos. Si tenéis menos tiempo podéis utilizar algo más de gelatina, aunque no  os recomiendo experimentar con este tipo de cosas. Puede que al final nos quede más duro de la cuenta o que aun así no de tiempo a que espese lo suficiente. El tiempo es el mejor ingrediente cuando usemos gelatina.


Para desmoldar pasar un cuchillo afilado por los bordes y voltear sobre un plato con un golpe fuerte.



Salsa de Frambuesas:


En un cazo mezclamos las frambuesas con el azúcar. Hervimos durante un par de minutos. Retiramos del fuego. 

Añadimos la nata y batimos con una batidora lo más potente posible. Se trata de hacer un puré fino que colaremos o pasaremos por un tamiz.

Servir templado o caliente acompañando la Panna Cotta.


jueves, 24 de enero de 2013

Turrón Raffaello



Y cada loco con su tema... Yo a finales de enero sigo poniendo recetas de Navidad, ¡ole ahí! Y es que, como dicen, nunca es tarde si la dicha es buena (en este caso, si el  sabor es bueno).

En realidad se trata del turrón que tiene color blanco, el otro es el turrón de chocolate y frutos secos que vengo haciendo desde hace 3 años.

Os cuento el origen de esta receta. Hace algunas semanas compré en Lidl una crema de untar de coco que suelen sacar a la venta todos los años en Navidad (viene en un bote de cristal tipo Nocilla). Al probarla (está espectacular), me recordó muchísimo al sabor del interior de los bombones Raffaello (que también están buenísimos).

Así es que pensé utilizarla para hacer un turrón con sabor a Raffaello. Todos los años compramos estos bombones en estas fechas y nos encantan, ¡son los primeros que se acaban! Este año me ha faltado "diseccionarlos" para ver de qué están hechos y como poder imitarlos.

El resultado es muy muy parecido. Así es que, si os gustan, aquí los tenéis en forma de turrón (lo de hacer esas bolitas tan perfectas ya era para nota...)




INGREDIENTES (para una tableta):
  • 300 grs. de Chocolate Blanco
  • 150 grs. de Crema de Leche desnatada con Coco rallado Deluxe
  • 40 grs. Coco rallado o Ti' Coco Vahine
  • 40 grs. de Almendras tostadas en trozos
  • 7 Barquillos de galleta o Galletas de helado (las que se usan para el "helado al corte")

Utilizaremos un molde de silicona especial para turrón. Lo espolvoreamos generosamente con la mitad del coco rallado.

Derretimos al baño maría la mitad del chocolate blanco y colocamos sobre el coco en el molde. Intentaremos bañar también las paredes del molde girando éste cuando el chocolate aun esté caliente. Dejamos enfriar para que endurezca.

Ahora cubriremos con la crema de leche y coco intentando evitar los bordes de la tableta (nos quedaremos a 1-2 cm. del borde.

Sobre esta crema añadimos las almendras tostadas y los barquillos o galletas hechos trocitos. Repartimos bien sobre la crema.

Ahora solo nos queda cubrir de nuevo con el resto del chocolate blanco derretido al baño maría y espolvorear con el resto del coco.

Dejamos enfriar y desmoldamos. 

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Mantecados de sabores



¡Cuánto estoy tardando este año en ponerme con las recetas navideñas! Llevo más de un mes viendo los blogs de la gente llenos de recetas de dulces, turrones y demás postres navideños, y yo con muchas ganas, pero con poco tiempo.

Pero si en un puente no te pones con ésto..., date por vencida. Y el puente pasado empecé a llenar mi casa de aromas navideños. Esta vez con una receta que me impresionó por lo simple que es, y sobre todo por el resultado obtenido: un dulce con mucho sabor y muy fino, nada basto como a veces resultan algunos mantecados.

En mi casa "somos mucho" de mantecados. Hacen muchos por la zona y como somos tan golosos no nos limitamos a estas fechas para degustarlos, incluso mi hija prefiere un mantecado a un croissant o cualquier pieza de bollería. Cuando hice éstos nos encantaron, pero mi padre y mi hermano que son catadores asiduos de mis recetas, y sobre todo, muy críticos a la hora de evaluarlas (no se cortan un pelo, cosa que agradezco bastante) se quedaron encantadísimos con ellos, ¡hasta mi madre piensa hacerlos! Así supe que habían triunfado :-)

La receta es del blog de Asopaipas, que es un especialista en la materia. Hice varias variedades para ver qué tal estaban y todos quedaron exquisitos. No me enrollo más, aquí tenéis la receta.


INGREDIENTES (para unas 40-50 unidades):
  • 700 grs. de Harina de Fuerza
  • 350 grs. de Azúcar Glas
  • 350 grs. de Manteca de Cerdo Ibérica
  • Ralladura de Limón (mantecados de limón), vainilla líquida (mantecados de vainilla) o en vaina, Chocolate Valor en polvo (mantecados de chocolate), canela (mantecados de canela).
  • Azúcar Glas para espolvorear

El proceso es muy fácil. Lo primero que hay que hacer es tostar la harina, para darle ese gusto tan especial que tienen los mantecados. Para ello ponemos la harina en la bandeja del horno y horneamos a 150º C hasta que pierda el color blanco y empiece a tostarse. El tiempo varía mucho, así es que os recomiendo que estéis pendientes y cada 5-10 minutos remováis con una cuchara para que se tueste toda la harina por igual.

Dejamos enfriar un poco y mezclamos con la manteca y el azúcar glas. Si tenéis algún robot de cocina es bueno utilizarlo en esta fase para evitaros "pringaros" mucho con la manteca, aunque al final mezcléis un poco con la mano para que quede todo bien homogéneo.

Una vez bien mezclada la masa haremos partes, para las distintas versiones. Yo hice 3:
  • Una parte + ralladura de 1-2 limones: mantecados de limón
  • Una parte + una vaina de vainilla abierta (solo las bolitas negras) y una cucharadita de vainilla líquida: mantecados de vainilla
  • Una parte + 2 cucharadas rasas de cacao en polvo Valor: mantecados de chocolate
También podemos añadir una cucharadita de canela para hacer mantecados de canela, o de ralladura de naranja para la versión naranja...

Mezclamos cada parte de la masa con el ingrediente elegido. Yo suelo probar la masa en crudo para ver qué toque de sabor llevan, es decir, si le añado más limón, canela, vainilla... Una vez horneado tiene mal remedio...

Para dar la forma os recomiendo este proceso: encimera de la cocina + film transparente + masa + film transparente + rodillo. Es decir, amasar entre film transparente de cocina os hará el proceso mucho más fácil. No se os pegará la masa ni a la encimera ni al rodillo y será mucho más cómoda de trabajar.

Estiramos la masa dando el grosor deseado. A mi me gustan más finitos, se obtiene una masa más fina y apetecible. Le di 1 cm. de grosor como mucho. Si os gustan más gorditos, también podéis hacerlos así, pero tendréis que hornear algo más de tiempo.

Con un cortador redondo vamos cortando las distintas porciones y con un cuchillo bien afilado vamos separando del film y depositándolos con mucho cuidado en la bandeja de horno, previamente cubierta con papel de hornear. Con la masa que os sobre volvéis a hacer una bola, que volvéis a estirar y vais repitiendo el proceso hasta que se os termine la masa.

Precalentamos el horno a 180ºC. Horneamos durante unos 12-15 minutos. Es importante que estéis pendientes a partir de los 12 minutos más o menos. En cuanto veamos que empiezan a ponerse dorados debemos sacarlos, si no corremos el riesgo de que queden demasiado tostados y sobre todo crujientes, lo que les haría perder su aspecto suave. Fue lo que me pasó en la primera hornada, que fue de 20 minutos, y los mantecados de vainilla acabaron pareciendo los de chocolate. Aunque están buenos han quedado muy crujientes. Este tiempo de horneado también dependerá del grosor que les deis (en la receta original Asopaipas los deja 30-40 minutos).

Sacamos la bandeja del horno y con una paleta vamos colocando sobre una bandeja para que se vayan enfriando. 

Aun calientes, con un colador relleno de azúcar glas los vamos espolvoreando, para que enfríen con el azúcar ya puesto y se les adhiera mejor.

Después de esto..., a disfrutarlos. A mí no sé si me quedaran para cuando llegue Nochebuena. Os los recomiendo de verdad, os van a encantar.



lunes, 19 de noviembre de 2012

Crumble de frambuesas y plátano



¡Ay qué descubrimiento! ¡Qué cosa tan rica! Y es que mi primer crumble, un apetecible crumble de manzana que hice hace unos meses, me enamoró. Para los que no sepáis qué es os cuento. Una crumble es un postre de fruta horneado. Básicamente consiste en hornear fruta pequeña o en trocitos con un poco de azúcar y poner unas "miguitas" (crumbles) de harina, mantequilla y azúcar por encima. Forman una especie de costra crujiente que dan una textura estupenda a este postre. Si lo tomais caliente con un poco de helado por encima no solo encontramos contraste de texturas sino también de temperaturas... Y eso no hay quién lo resista.

Aparte de lo delicioso que es tiene otras muchas cualidades: rápido, económico y con muy pocos ingredientes y además todos bastante accesibles. Se puede tener medio preparado (se tarda 5 minutos) y mientras comemos se va horneando. Así lo tomamos calentito, recién hecho y si podemos acompañar con una bola de helado por encima... ¡el éxtasis absoluto! (Soy un pelín exagerada, ¿no?)

Solo os recomiendo que os hagáis con unos moldes redondos de esos de barro, como los que se usan para los souffles. Los míos los compré en Aldi, y en Lidl también salen a veces a muy buen precio. También os servirán para arroz con leche, natillas, crema catalana... No escribo más que voy a llenar de baba el teclado del ordenador, jeje.

Y si no queréis comprar los tarritos, basta una fuente de horno o cualquier "cacharro" que podáis hornear, no tiene por qué ser individual. Lo importante es que lo hagáis, ¿ok?

En cuanto a esta receta nace de la improvisación. El otro día muchas ganas (¿antojo?) de un crumble. Y aunque tenía manzanas pensé en cómo quedaría con unas frambuesas congeladas que tenía desde hace tiempo en casa, y ya sabéis, hay que renovar las existencias del congelador. Pensé: "al horno van". Pero quería aligerar el sabor ácido de la frambuesa, que es bastante, y pensé que el plátano, al ser una de las frutas más dulces, podría irle bien. Y no me equivoqué...

Lo gracioso es que al sacar las frambuesas descubrí un resto de helado de turrón que también "andaba" por allí. Dije: "ésto para acompañar". Vamos, que una cosa llevó a la otra y ahí me encontré plantada delante de un pedazo de postre.

Así es que me puse manos a la obra y en 5 minutos tenía la mezcla en el horno. Se horneó mientras comía y cuando terminé ya estaba el postre hecho. Aquí lo tenéis:


INGREDIENTES (para dos personas):
  • 3 tazas de Frambuesas congeladas (si son frescas poned algo menos, pues reducen menos)
  • 2 Plátanos pequeños
  • 2 cucharadas de Azúcar de Caña (mejor éste que el blanco)
  • 50 grs. de Harina
  • 25 grs. de Mantequilla
  • 25 grs. de Azúcar de Caña o Azúcar normal
  • Almendras laminadas (opcional)
  • Helado (de vainilla, turrón, nata, limón..., esto también es opcional aunque altamente recomendable)

Precalentamos el horno a 180ºC.

Cocinamos en una sartén las frambuesas con los plátanos (en rodajas) y las 2 cucharadas de azúcar de caña. Lo hacemos durante unos 3-5 minutos, lo suficiente para que se ablande un poquito la fruta y empiece a cocinarse.

Mientras (sin dejar de vigilar el fuego), mezclamos la harina, el azúcar y la mantequilla con las manos. Deben quedarnos como unas miguitas (crumbles) de masa.

Vertemos el contenido de la sartén en los cuencos y cubrimos con la masa, intentando que nos queden esas miguitas por encima.

Horneamos durante unos minutos con calor arriba y abajo. Tardará unos 15 minutos. Si queremos añadirle las almendras cuando veamos que casi se ha hecho una costra en la masa de nuestra crumble y que empieza a dorarse se las podemos añadir por encima y hornear un ratito más. Pero ¡ojo!, las almendras se suelen hacer bastante rápido y tienden a quemarse con mucha facilidad, así es que tendréis que estar vigilantes.

Sacamos del horno. Dejamos perder el calor fuerte durante unos 5 minutos y servimos. Si queremos podemos cubrir con una bola de helado. El contraste frío calor es espectacular, os lo recomiendo.



miércoles, 7 de noviembre de 2012

Yogur Griego de Stracciatella y consejos para elaborar yogur casero



Hoy os traigo una receta de yogur que en cuanto vi pensé que quería hacerla, por mí, por Raquel y por Fernando (a los 3 nos encanta el Yogur Griego con trocitos de chocolate). Es del blog "La Juani de Ana Sevilla" y me ha encantado. 

De nuevo me ha picado el gusanillo del yogur casero. Soy muy yogurtera. Casi todos los días me tomo un par de ellos, ya que al no gustarme la leche es la forma que tengo de tomar calcio. Además los dietistas lo recomiendan después de la comida y la cena (ya sabéis: la fruta antes y el yogur después), y a la hora del desayuno también es estupendo.

Y como los sabores naturales son lo mejor y más sano con diferencia, sigo investigando en este tema que tanto me gusta. 

Después de varias pruebas y de leer bastante del tema he llegado a las siguientes conclusiones. 
  • Tamaño: "Divide y vencerás": El yogur es mejor hacerlo en tarros pequeños. Probé con un termo (que se supone debe mantener más la temperatura) y quedó más líquido que el que hice en tarritos. 
  • Temperatura: También he descubierto lo bien que se hacen en el horno y lo espesos que quedan. Debemos intentar mantener la temperatura a 50ºC (ojo, sin pasarnos de este valor, que matamos los "bichitos") el mayor tiempo posible, y para ello el horno, es ideal.
  • Elaboración: Otra cosa que les viene bien es que "intervengamos" en el proceso. Cuando llevan unas horas fermentando es bueno remover un poquito con una cuchara. Con ello conseguimos que se vuelvan a repartir las "bacterias" por todo el tarro y quede un yogur más homogéneo (sin grumos, más espeso y uniforme). Si utilizáis el horno y los tarros de cristal podéis omitir este paso.
  • Suplemento: Si utilizamos un "apoyo" de leche en polvo también conseguiremos más espesor. Si tenéis niños seguro que os agradecen no encontrar un yogur líquido y lleno de "grumos". Yo empecé haciéndolo con leche en polvo. Ahora los prefiero lo más naturales posibles y como consigo el punto de espesor que necesito sin la leche en polvo no la uso. Pero si no os quedan tan consistentes como queréis os recomiendo usarla.
  • Tiempo: Y mi última conclusión: con 10-12 horas de fermentación obtenemos los mejores resultados (antes lo hacía con 8). Por eso lo mejor, al menos en mi caso, es empezar a hacerlos sobre las 8-10 de la noche (para que al menos fermente un par de horas) o a primera hora de la mañana. Conseguimos que terminen a una hora buena para guardarlos en la nevera y tenemos tiempo de "intervenir" en el proceso dando temperatura y removiendo.
Si queréis hacer una receta de yogur natural o azucarado (el de toda la vida) podéis ver la receta en este enlace.


INGREDIENTES (para unos 9-10 tarros de cristal):
  • 700 grs. de Leche Entera (mejor si es de la que venden fresca)
  • 300 grs. de Nata de Montar
  • 100-125 grs. de Azúcar (depende de lo dulce que os guste)
  • 1 Yogur Natural
  • 30-40 grs. de Leche en Polvo (opcional)
  • Chocolate rallado o Virutas de chocolate
  • Termómetro de cocina (si no tenéis Thermomix)
Si queréis hacerlo con Thermomix (que es mucho más rápido y cómodo) seguid las indicaciones de esta receta de Yogur Natural.

Sacamos el yogur de la nevera. Reservamos un vaso de leche de los 700 grs.

Mezclamos el resto de la leche con la nata y el azúcar. Ponemos al fuego y calentamos sin que llegue a hervir, sólo debemos conseguir que se integren bien todos los ingredientes. 

Mientras calentamos un poco la leche (caliente pero que no hierva) que teníamos reservada en el vaso (yo lo hago en microondas) y le añadimos la leche en polvo. Removemos muy bien para intentar que ésta se disuelva totalmente. Para evitar los grumos colamos sobre el resto de la leche y dejamos enfriar toda la mezcla hasta los 50ºC, que es la temperatura ideal para la elaboración del yogur.

Una vez conseguida esta temperatura añadimos el yogur y removemos muy bien para que quede perfectamente mezclado con la leche. Intentaremos hacer la menor espuma posible.

Pasamos a los vasos de yogur y los tapamos (si los tarros no tienen tapa con un trocito de papel de aluminio estará bien) . Introducimos en el horno a 50º C. Cuando consigamos esta temperatura apagamos el horno y dejamos unas horas que repose dentro. 

Aunque el horno aísla bastante y mantiene la temperatura debemos de vez en cuando encenderlo a 50º C y una vez que llegue a este valor ir apagando (no uséis el termostato, hacedlo a mano ya que no hace falta un calor continuo a esta temperatura). Con que hagáis esto dos o tres veces es suficiente. 

Cuando lleve unas 4 horas (yo lo he hecho con 2 y también sale bien) removemos cada uno de los tarros con una cuchara para que se vuelvan a repartir las bacterias de la misma manera por todo el vaso. Volvemos a encender el horno, a apagarlo al alcanzar los 50ºC y dejamos reposar las 8 horas restantes.

Como os he comentado antes yo empiezo este proceso a media tarde-noche. Voy dando temperatura un par de veces y antes de acostarme remuevo y pongo el horno a 50ºC. Cuando llegue a esta temperatura apago. A la mañana siguiente cuando me levanto (si dormís las 7-8 horas de rigor) veréis que el yogur está perfectamente cuajado, totalmente espeso como un yogur comprado. Metéis los tarros en la nevera bien tapados y dejáis enfriar.

Antes de degustarlos añadimos una cucharadita de chocolate rallado o virutas de chocolate y removemos bien. ¡Os encantarán! 

NOTA: En algunos de los tarros quedó una capa dura, como una costra en lo alto. Es la grasa de la nata que tiende a subir a la superficie del tarro. Lo podéis apartar con una cuchara y comer el resto del yogur. También podéis usar nata con menor porcentaje de materia grasa para evitar esto o añadirle menos cantidad.