jueves, 2 de febrero de 2012

Canelones de carne


¡Ay qué comida tan rica! Si es que me encantan... Y a mi hija ni os cuento... Me recuerda a mi niñez, en casa sacando la pasta y secándola sobre un paño de cocina. Luego le daba la vuelta y con una cucharadita ponía la carne encima. Lo de enrollarlos... solía hacerlo mi madre, que se daba más maña. Siempre que llego a este punto del proceso me viene este recuerdo...

En casa siempre los hemos hecho de carne, es la tradición en casa. Creo que es la forma más sabrosa de degustar. Pero tengo en mente unos de espinacas, paté..., hay muchas más opciones para experimentar. Os mantengo informados ;-)

Suelo hacer un sofrito de carne con tomate que utilizo para macarrones, empanadillas, berenjenas rellenas... Hago grandes cantidades y congelo. Y te sirve para un apuro en cualquier momento. Además como tiene tantas posibilidades no repites.

Os pongo la receta y ya me contais:

Ingredientes (para unas 4 raciones):
  • Sofrito de carne
  • Salsa Bechamel
  • 20-25 placas de canelones
  • 125 grs. de queso rallado (yo utilizo cualquiera que tenga en casa)

Sofrito de carne (os sobrará):
  • 50 grs. de Aceite de oliva virgen extra
  • 1 cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 1 zanahoria (opcional)
  • 1/4 kg. de carne picada de ternera
  • 1/4 kg. de carne picada de cerdo
  • Sal
  • Pimienta
  • 1/2-1 vaso de tomate frito casero (sabrá mucho mejor que el de bote)

Picamos la cebolla finita y freímos a fuego lento. Cuando esté medio hecha añadimos los ajos y la zanahoria también picados finamente. Damos unas vueltas para que se hagan un poco y añadimos la carne picada. Salpimentamos y cocinaremos hasta que deje de soltar agua y veamos que está hecha.

Añadimos tomate frito al gusto y cocinamos un poquito para que se integren todos los ingredientes.


Salsa Bechamel:
  • 400 grs. de leche
  • 30 grs. de mantequilla
  • 60 grs. de harina
  • 1 cucharadita de aceite
  • Sal
  • Pimienta
  • Nuez moscada
Poner a calentar la leche en un cazo o en el microondas hasta que esté muy caliente (sin llegar a hervir).

Derretir la mantequilla en otro cazo. Añadir la harina y dar unas vueltas para que no esté totalmente cruda. Cuando veamos que se despegue de las paredes podemos añadir la leche caliente. Removemos con unas varillas sin parar (ya a fuego medio). Con esto evitaremos que se pegue al fondo y que salgan grumos. Salpimentamos y añadimos un poquito de nuez moscada: la responsable de su exquisito sabor. ¡Ojo!, igual que os digo que su sabor es muy importante, el exceso puede estropear el sabor de la bechamel. Echadla poco a poco y vais probando hasta que le encontréis el punto.

En cuanto a la consistencia que debe tener seguro que ya la conocéis: ni líquida, ni espesa (no debe quedar hecha un bloque). Lo bueno que tiene la bechamel es que es fácil de "arreglar". Si nos queda muy espesa, añadimos leche. Si nos queda muy líquida, cocinamos un rato más hasta que vuelva a espesar.


Elaboración de los canelones:

Hervimos las placas de pasta o cocinamos según las indicaciones de la marca. Colocamos sobre un paño de cocina limpio durante unos minutos. Damos la vuelta y dejamos el tiempo suficiente para que la pasta pierda la humedad y al enrollarla no se escurra.

Preparamos el sofrito.

Una vez la pasta esté seca colocamos una cucharada del sofrito sobre ella. La cantidad la iremos averiguando conforme vayamos enrollando: si hemos puesto poco veremos que queda el tubito bastante vacío. Si hay mucho veremos que no se puede enrollar: un poco de paciencia y enseguida le cogeréis el punto.

Una vez que hayamos enrollado el canelón colocamos en una fuente con el filo el fondo (para que no se deslíe). Iremos poniendo uno junto al otro hasta que completemos (el tamaño de la fuente también tendréis que calcularlo a ojo).

Hacemos la bechamel y cubrimos con ella la pasta. La cantidad, según os gusten de "bañados". A mí no me gusta que tengan demasiada, solo que les de el toque de suavidad que requieren. Es decir, los cubro por encima y relleno los huequecitos de las esquinas, pero sin abusar.

Añadimos el queso rallado por encima y gratinamos poniendo el horno solo por arriba (gratinador) a la temperatura máxima. Si veis que la carne o la bechamel no estaban demasiado calientes podéis ponerlos un ratito antes en la mitad del horno a 180º para que se calienten y después gratinais.


Es un plato de lujo. Espero que os guste.

4 comentarios:

  1. Elena, a mi me pasa lo mismo. también me recuerda a mi niñez porque mi madre los preparaba muy a menudo y muy parecidos a estos tuyos. Un besazo.
    cosicasdulces.blogspot.com

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  2. A mi también me gustan mucho los canelones, y hace años luz que no los hago, gracias por recordarmelo, te quedaron inmejorables.
    Besos. Lola

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  3. Por favor, que aspecto más increible, creo que son los canelones más preciosos que he visto desde hace mucho tiempo.

    Un besazo

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  4. a mí también me encantan, creo que es mi comida favorita.
    besos!

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