¡Uy que ganas tenía de hacer un bizcocho de zanahorias! He probado algunos en restaurantes o cafeterías y siempre me han encantado (y además parece que el hecho de que lleve zanahoria los hace más sano, ¿no?).
Estuve rebuscando entre varias recetas que tenía en Favoritos y encontré esta, que además de la zanahoria llevaba almendra en polvo (bastante) y tenía algunas en casa que quería gastar. De ahí mi elección por este pastel suizo que publica"Albahaca y Canela"en su blog.
No seguí la receta al 100%. Cuando solo me faltaban la canela y la nuez moscada decidí probar "a ver cómo sabía". Le había puesto limón que traje de Murcia que le dió un sabor... umm..., y pensé que sería un sacrilegio "matarlo" con canela y nuez moscada.
Cual fue mi sorpresa al probar el bizcocho una vez horneado que resultó ser muy muy parecido a la tarta de Santiago. La zanahoria (que había rallado muy finita) ni se ve ni se siente, es decir, no da sabor, aunque sí color, ya que queda el bizcocho "anaranjado". Por supuesto incrementa la jugosidad del mismo. ¡Está estupendo!
INGREDIENTES (para un molde de 26 cm.):
- 5 yemas de huevo
- 250 grs. de azúcar
- 250 grs. de almendra molida
- 250 grs. de zanahoria rallada
- 1 limón (piel rallada y zumo)
- 80 grs. de harina de repostería
- 1 cucharada de levadura
- 1/2 cucharadita de canela (opcional)
- 1/2 cucharadita de nuez moscada (opcional)
- 5 claras de huevo
- 1 cucharadita de cremor tártaro (opcional)
- 1 pizca de sal
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde redondo desmontable.
Separar las claras de las yemas de los 5 huevos, reservando las claras aparte.
Batir las yemas con el azúcar hasta que quede esponjoso. Añadir la almendra molida, la zanahoria rallada, la piel rallada y el zumo de limón, mezclando un poco cada vez. Tamizar encima la harina con la levadura y las especias, mezclando todo bien.
Montar las claras aparte con la pizca de sal y el cremor tártaro, si se usa, hasta que estén a punto de nieve (cuando el poner el cuenco boca abajo se queden fijas, están en su punto).
Incorporar las claras montadas a la masa, mezclando con movimientos muy suaves y envolventes, hasta conseguir una masa homogénea.
Verter en el molde igualando la superficie y hornear durante unos 40-50 minutos. Si se dora pronto por encima, quitar la fuente de calor superior o cubrir con papel aluminio. Estará listo cuando al pinchar el centro con una brocheta o palillo salga limpio. Dejar enfriar unos minutos fuera del horno. Separar las paredes con un cuchillo y desmoldar sobre una rejilla.
Tiene una pinta estupenda. Besos.
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