Mousse de fresas

Hoy os traigo un postre que me encanta por lo facil y por los ingredientes: me encantan las fresas, me encanta la nata y me encanta el dulce. Y este postre solo lleva fresas, nata, azúcar y gelatina. Es como comer fresas con nata pero con otra textura, jeje.

El domingo venía la familia a casa y quería hacerles algún postre con fruta, que es lo que a ellos más les gusta. Así es que miré en Internet y encontré uno que me gustó en el blog de Kanela y Limón (pasaros a ver este blog, tiene unas cositas..., umm). Me puse manos a la obra y quedó hecho en un momento.

Os pongo le receta y animaros a hacerla antes de que se acabe la temporada de fresas.

INGREDIENTES (para unas 8 raciones):

• 500 grs. de fresas
• 500 ml. de nata para montar
• 120 grs. de azúcar
• 5 hojas de gelatina

Lo primero que haremos será poner las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría para que se vayan hidratando.

Limpiamos las fresas y las batimos a la máxima potencia para que queden lo más líquidas posibles (si tenéis Thermomix o batidora de vaso quedarán muy bien, si no, con la batidora de toda la vida). Pasar por un chino o colador para quitar las pepitas, así la mousse quedará mucho más agradable.

Ponemos el puré a calentar en un cazo (removiendo para que no se pegue al fondo) y cortamos cuando veamos que ya está calentito (es necesario este calor para diluir la gelatina). Añadimos la gelatina poco a poco y removiendo bien y después el azúcar. Mezclamos y dejamos enfriar.

Cuando veamos que ha perdido el calor (no debe estar caliente para que no se baje la nata) montamos la nata. De aquí, si queréis podéis reservar una poquita aparte (a la que por supuesto deberéis de añadir azúcar para adornar el postre).

Buscaremos un recipiente (bol, olla...) grandecito para poder mezclar los ingredientes cómodamente. Juntamos el batido de fresas con la nata y mezclamos con movimientos envolventes, de fuera a adentro. Yo suelo usar una lengua, que va muy bien para estas cosas.

Cuando la mezcla esté uniforme verter en copas y dejar enfriar en la nevera.

Este postre está mejor bastante frío, por lo que recomiendo hacerlo con la suficiente antelación para disfrutar todo su sabor.

Decorar, servir y ¡disfrutar!